El tema de la alimentación complementaria siempre resulta un tema peliagudo de explicar para cualquier profesional sanitario, porque hay opiniones muy variadas y en muchos casos todas ellas justificadas en estudios que las abalan.
Esto hace que a menudo encontremos documentos que apenas tienen unos años de antigüedad, y en los que se proponía hacer todo lo contrario de lo que se hace ahora.
Mi experiencia personal es que la alimentación es un tema que suele agobiar muchísimo a las madres, por tanto, salvo que estén siguiendo un camino muy desviado de lo realmente saludable, y dado que hay formas diferentes de entenderla que se pueden aceptar como adecuadas; yo me limito a guiarlas y resolver sus dudas.
Hay que recordar que la maternidad recién estrenada está llena de sentimientos de inseguridad, angustia y culpabilidad; que afectan a la salud psicológica de la madre o incluso del padre, quienes NO deben pasar a un segundo plano a los ojos de la enfermera de familia.
Por tanto, mi recomendación es:
1. Valorar la base de conocimientos con la que viene el padre/madre: en la sociedad actual el tema de la alimentación preocupa tanto que algunos padres vienen ya a la consulta habiendo recibido cursos muy avanzados de profesionales de la salud, cursos de BLW (Baby Led Weaning), siguen a varios pediatras online, etc...
2. Explorar sus necesidades o preocupaciones: en la consulta podemos encontrar necesidades muy diferentes, como decía en el punto anterior, podemos tener una madre que tenga muy claro la alimentación de su bebe; o podemos tener una madre que se sienta absolutamente confundida por la cantidad de información que le ha llegado de internet, consejos o sugerencias inquisidoras de familiares. A veces la función más importante de la enfermera no es ni la alimentación, sino tranquilizar a la madre e invitarla a seguir su instinto.
3. Educar en una alimentación saludable: que no es otra cosa que asegurarnos de que sale de la consulta con una idea de alimentación complementaria saludable para la edad del niño.